Cuenta la mitología griega que Narciso era de una belleza tan deslumbrante que tanto hombres como mujeres caían rendidos a sus pies. Sin embargo, nadie era capaz de arrebatar su corazón. La ninfa Eco también se enamoró de él pero fue cruelmente rechazada, por lo que, sumida en la tristeza, murió. Némesis, diosa de la venganza, decidió castigar a Narciso haciendo que se enamorara de su propia imagen. Por este motivo, cuando contempló su reflejo en las aguas de un manantial quedó tan fascinado por su propia belleza que se ahogó intentando atraparse a sí mismo.
Hoy el término «narcisismo» se usa para definir el exagerado amor y admiración que siente una persona hacia sí misma. Todos somos, en cierta manera, algo narcisistas, puesto que nos vemos como seres especiales. Ahora bien, existen algunos caracteres más propensos al narcisismo. Podría parecer que se trata de personas con elevada autoestima puesto que se muestran seguras y parecen confiar en sus capacidades. Sin embargo, si rascamos un poco, lo que hay es una imagen inflada de sí mism@s y una coraza rígida que cumple como función evitar la angustia y el displacer.
La persona se idealiza a sí misma, perdiendo el contacto real consigo misma y con el exterior. Anda por la vida comportándose con aires de grandiosidad, sin ver realmente a los otros, y a menudo manipulándolos, para retroalimentar la imagen distorsionada que ha creado para tapar su herida. Esta estrategia psicológica no es infalible. La angustia hace acto de presencia cuando las metas ilusorias y narcisistas que ansían para alimentar su autoestima, validación, amor o aplauso exterior, no son suficientemente satisfactorias y surge el vacío y el sin sentido. Y nunca son satisfactorias del todo ya que toda la película gira alrededor de una fantasía de sí mism@.
Puesto que el personaje que se ha montado, para sobrevivir al dolor emocional infantil, es un poco flipado, puede acabar quedándose bastante solo o sola y andar preguntándose cómo ha llegado a tal punto con lo maravillos@ que es. Y es que ¿quién aguanta día y noche a una persona que es Radio Macuto, sólo habla de sí misma y apenas te escucha? ¿o a alguien que siempre quiere tener la razón y te pisotea para salirse con la suya o a quién anda por la vida creyéndose Cleopatra, y como «Joya de la Corona», anda exigiéndote que la adores cual dios o diosa cada puñetero día?
Todos vivimos en nuestra propia Matrix. A veces me pregunto si realmente no tenemos un disco duro porque es increíble cómo cuesta dejar atrás automatismos del carácter. Ahora bien, el destino irremediable del narcisista si no pone remedio a su ceguera es la soledad. Y una buena manera de empezar a verse en el espejo es la terapia de grupo. Aquí es difícil escaquearse si todos te devuelven las mismas «perlas».
*Imagen de Tute